El segundo semestre se cierne sobre nuestras cabezas, y nuevos Erasmus llegan a nuestras tierras cuando todo lo creíamos cerrado y conocido.
Pero vive Dios que no estabamos en lo cierto, y lo que todo era tranqulidad tras las vacaciones navideñas, no tardó en tornar en movimiento, ya que nuestros visitantes, que aunque no se quedarán tanto tiempo como los ya conocidos Lord Luis de Granada, Sir Javier de Sevilla o Lady Sara de Segovia, por su porte y ganas de aventuras, no dudaron en contagiar al resto de habitantes de Villa Erasmus de Niza, cuyos erasmeros, espadas en alto, hicieron suyas esas nuevas energías, y sin el menor atisbo de miedo o pereza, prestos reactivaron su capacidad viajera, y entre trenes, coches y autobuses, recorrieron en las últimas semanas los extramuros de nuestra ciudad. Y tal vez sea por eso por lo que esta bitácora ha estado un poco abandonada en las últimas fechas.
Sobre los forasteros, mi natural discreción y mi aún desconocimiento me impiden dar muchos datos, aunque ya nos han relevado sus identidades, y han quedado palpables y definidas algunas de sus características que mi cariz narrador no puede más que exponer.
Son 4 féminas audaces venidas de Cataluña: Lady Irene de Pamplona, todo garra, capaz de enfrentarse a los mas avezados caballeros, con una fuerza forjada tras sus últimos años de estancia por tierras catalanas; Lady Marina de Tarragona, siempre con la sonrisa en la cara y en busca de aventuras, da el punto de optimismo que tanta falta le hacía a nuestros héroes; Lady Aina de Cerdanyola, experiencia, serenidad, independencia y diversión a partes iguales; y Lady Miriam de Lleida, que aporta una dosis de responsabilidad y capacidad de análisis que nos hace mantener siempre los pies en el suelo.
En el tiempo que llevamos juntos, grandes torres que creíamos indestructibles ya han caído, y míticas son ya nuestras batallas en Mónaco, Eze, Cannes o Antibes. Y todo ello en un tiempo que ni siquiera nos permitía asimilar una victoria cuando ya estábamos de nuevo desenvainando nuestras espadas para lanzar un nuevo ataque.
Pero no todas las batallas han sido en extramuros, y también, por si os hubiese sabido a poco, hemos tenido reuniones niceñas por los más variopintos motivos, como el cumpleaños de Aina (foto de arriba), o el de Sara (foto de abajo). Aunque ya estamos pasando el ecuador de nuestra estancia, tenemos la sensación de que nos queda mucho por vivir aquí, y, por supuesto, las ganas de que así sea.
Read Full Post »